El
alumno es el protagonista del proceso educativo, agente activo de su propio
aprendizaje, destinatario de las enseñanzas, programas y actividades del
sistema educativo. El esfuerzo del alumno, conjuntamente con el profesorado y
las familias y con el apoyo de la sociedad nos llevará a un éxito educativo.
Todo alumno tendrá derecho a una educación digna, de calidad e integral donde
se promueva la igualdad de oportunidades.
Los
centros docentes estimularán la colaboración del alumnado en la mejora de la
convivencia y el aprendizaje a través de mecanismos y estructuras adecuadas a
su edad, a su desarrollo educativo mediante el aprendizaje cooperativo y de
ayuda entre iguales.
Respecto
al profesorado, se apoyará el desarrollo de las funciones que estos desempeñan
a través de medidas de mejora profesional y personal del profesorado, y
fomentará campañas para tener más apoyo y reconocimiento social. Se tendrá en cuenta,
junto a la evaluación positiva de la práctica docente y los méritos académicos
y de formación en programas dirigidos al éxito educativo, el ejercicio de la tutoría
y en la apertura del centro al entorno y a las familias.
Unas
de las medidas del reconocimiento profesional son la función tutorial, impartir
alguna materia en una lengua extrajera y la dedicación especial del profesorado
que desarrolla tareas que no forman parte de su actividad habitual y que estarán
relacionadas con la innovación educativa.
Las
familias del alumnado constituyen una parte esencial del proceso educativo y,
actuando en colaboración con el profesorado como miembros de la comunidad educativa,
son agentes básicos para la mejora de la educación.
Los
padres y madres tienen derecho a elegir y participar en la definición del modelo
de educación de sus hijos.
La Conserjería impulsará programas de
formación de las familias para mejorar su papel como educadores y para
contribuir a una colaboración más efectiva en la educación de sus hijos.
También se les facilitará a las familias un desarrollo por vía electrónica de
comunicación con los docentes y el intercambio de información.
Los
deberes de los padres se sustentan en la obligación de conocer y respetar el
proyecto educativo y las normas del centro, la colaboración con el profesorado
y la contribución al desarrollo educativo.
Los
Centros docentes propiciaran la colaboración de las familias, de forma
voluntaria y siempre bajo las directrices del profesorado en tareas educativas
cuyo objetivo es mejorar la convivencia y el aprendizaje.
En conclusión, la relación entre la familia y
el profesor es esencial para la educación del alumno. Si esta relación no
existe es probable que el alumno se vea afectado porque eso le perjudicará
tarde o temprano a su educación.
http://www.educa.jccm.es/educa-jccm/cm/educa_jccm/tkContent?idContent=83000&textOnly=false&locale=es_ES
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